Un desmentido que confirma la denuncia

El pasado 25 de octubre, el Dr. Augusto Fernando García, presidente de la Fundación Innova-T, le dirigió una carta a Miguel Bonasso, que se reproduce a continuación. No se pierda, a seguido, la respuesta.


Buenos Aires, 25 de octubre de 2011

Sr. Diputado de la Nación
Dr. Miguel Bonasso

De mi mayor consideración,

He leído con sumo interés su libro titulado EL MAL-El Modelo K y la Barrick Gold. Muy interesante su contenido. De todas formas y con el ánimo de contribuir a la exactitud de lo que en una pequeña parte del texto manifiesta, me animo a escribirle para que Ud. pueda tener una mejor información, que la que parece tener, sobre la Fundación INNOVA-T.

La Fundación de la cual soy su Presidente hace 3 años habiéndome desempeñando anteriormente en diferentes cargos de la misma, es una institución privada sin fines de lucro, pero, como consecuencia de haber sido creada en el año 1993 por el CONICET, se encuentra firmemente asociada al mismo, y a su política de desarrollo científico. Es una Unidad de Vinculación Tecnológica creada en virtud de la ley 23877 (año1990) que debe administrar las acciones de vinculación entre el sistema científico y la sociedad. Entre sus funciones está la de administrar los subsidios que se otorgan a los investigadores científicos del área, tarea por la cual recibe una compensación financiera sobre cada subsidio administrado, lo que le permite mantener una modesta dotación administrativa.

Recientemente, y en el marco de la nueva política de vinculación tecnológica potenciada por el CONICET, nos hemos sumado a esta actividad promocionando la actividad científica, en lo que se refiere a sus diversas aplicaciones tecnológicas. La idea es que poco a poco, el sector científico nacional contribuya al desarrollo socio-económico de la sociedad Argentina y es por eso, además, que hemos inaugurado delegaciones de nuestra Fundación, en puntos estratégicos del ámbito nacional. La dotación de personal sigue, a pesar de ello, siendo pequeña.

Dicho esto, permítame corregirlo en algunas descripciones de los hechos que Ud. relata en su libro arriba mencionado:

1- No existió contrato alguno firmado por la Fundación Innova-T con la Barrick Gold, sino que hubo una asesoría prestada a dicha empresa por un investigador del CONICET y este servicio fue facturado por INNOVA-T por cuenta y orden, tal como determina la ley 23877.
2- Esta Fundación no es misteriosa y me parece injusto calificarla como tal, cuando en realidad cumple una función importante regida por la ley 23877 que legisla sobre actividades de transferencia de tecnología. Además, esta institución privada es ampliamente conocida en el ambiente de Ciencia y Tecnología. Toda la información está en la página web de la fundación: www.innovat.org.ar

3- La Fundación y su actividad de administración de fondos se realiza como un acto administrativo obligatorio de acuerdo con lo que establece la ley mencionada más arriba. Lo recibido para administrar permanece en una cuenta específica de la cual se hacen los pagos por orden del investigador responsable. Este caso se aplica a los fondos destinados a las tareas del IANIGLA en relación a la reglamentación de la ley de glaciares. En este caso, como en los otros de administración INNOVA T percibe gastos de administración, como lo estipula la ley 23877. Por eso, si Ud. conociera un poco más, se daría cuenta que nuestra institución nunca pudo haber recibido el dinero que estaba destinado al IANIGLIA y solo percibió como pago por su actividad meramente administradora una comisión como lo establece el CONICET. De más está aclarar que nunca ingresa a la cuenta propia patrimonial de la Fundación el dinero que administra.

4- En esta Fundación no entra ni sale dinero ilegal, y eso está permanentemente monitoreado por las auditorias, que en forma independiente y periódica, realizan la SIGEM, y el Departamento de auditoría interna del CONICET.

5- Como los empleados son el patrimonio más valioso que tiene la Fundación no deseo terminar esta nota sin desmentir que los mismos hayan exhibido o manifestado en alguna oportunidad, aún fuera del ámbito de nuestras sedes, dudas sobre el manejo del dinero o sobre alguna tergiversación fraudulenta de los fines específicos que tiene la Fundación. Tampoco tienen dudas sobre cuáles son las cosas que abiertamente se realizan en la Fundación.

6- Por último, no he percibido en su manuscrito la intención de atribuir fines ilegales, a mí o a algunos de los miembros efectivos de la Fundación, solo quisiera anticiparle que si así hubiera sido, muy otro sería el tono de mi nota.

Por último deseo invitarlo, si Ud. estuviera interesado, a visitar nuestra sede central, para tener mayores precisiones sobre esta institución. Mucho me satisface haber podido instruirlo sobre una institución como la que dirijo y espero que Ud. esté satisfecho por haber aclarado su aparente desinformación.

Atentamente,
Dr. Augusto Fernando García
Investigador Superior del CONICET
Presidente de la Fundación INNOVA-T



CONTESTACIÓN DE MIGUEL BONASSO


Buenos Aires, 4 de noviembre de 2011

Dr. Augusto Fernando García
Investigador Superior del CONICET
Presidente de la Fundación INNOVA-T

Doctor García:

Con algún atraso paso a contestar la carta que me enviara a la HCDN el 25 de octubre próximo pasado.

En ella intenta desmentir lo que afirmé en mi libro “El Mal-El modelo K y la Barrick Gold” respecto al nexo que existió entre la Fundación que usted preside y la trasnacional canadiense que denuncio en mi libro, pero lamentablemente lo confirma al revelarme que hubo “una asesoría privada a dicha empresa por un investigador del CONICET y este servicio fue facturado por INNOVA-T por cuenta y orden, tal como determina la ley 23877”.

Poco importa que Innova-T se haya limitado a facturar: la relación con la Barrick existió y es eso lo que legítimamente me preocupa. Además, si esta relación es tan casual e inocente por qué aparecía BARRICK EXPLORACIONES ARGENTINA SA en la página web de Innova – T, en la lista de “los principales acuerdos suscriptos” por la Fundación, en el cuarto lugar de la lista de convenios, debajo de Abengoa-Green Cell (España), la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y Alzheimers Association (Estados Unidos).

Menos claro aún me resulta que ustedes retirasen esa mención cuando los denunciamos públicamente el 10 de junio próximo pasado. Como desconté que eso podía ocurrir tomé la precaución de hacer registrar la mención de la Barrick por una escribanía, el 17 de junio pxmo.pasado. Tengo en mi poder la escritura 91, folio 275 del registro Notarial 419, del cual pongo una copia a su disposición.

Yo no los acusé en ningún momento de manejar dinero ilegal. Señalé, simplemente, que una Fundación pública que administrará los fondos que debe utilizar el IANIGLA para realizar –en cámara lenta- el inventario de los glaciares que establece la ley de mi autoría, no puede tener ni haber tenido ningún tipo de relación con la Barrick Gold, que ha secuestrado la ley con un amparo y cometido una larga seria de ilícitos, bajo el paraguas protector de la Presidenta, el Jefe del Gabinete de Ministros, el Secretario de Minería de la Nación, el Secretario de Hacienda de la Nación y el Gobernador de San Juan, entre otros funcionarios a los que he denunciado judicialmente por “tráfico de influencias”.

Le agradezco su intención de “instruirme”, pero su celo didáctico es injustificado. Soy autor de libros como “Recuerdo de la muerte”, cuyos datos se siguen utilizando en los juicios a los genocidas. Conozco el oficio de la investigación periodística y chequeo todos los datos.

Finalmente, como Diputado de la Nación no le puedo admitir el párrafo 6 de su carta, donde dice que muy otro sería el tono de ella si hubiera percibido la intención de atribuirle “fines ilegales” a Ud. o a “algunos de los miembros efectivos de la Fundación”. Como el Jefe de Gabinete que me está iniciando una querella, Ud parece ignorar la libertad que nuestra Constitución otorga a los legisladores para investigar y denunciar todo lo que consideren contrario a los intereses del Estado y la Sociedad.

Atentamente,

Miguel Bonasso
Diputado de la Nación